El metal precioso alcanzó máximos el año pasado en los 1.366 dólares por onza, y se relajó hasta el entorno de los 1.125 dólares a mediados de diciembre, después de la euforia que trajo al mercado la victoria de Donald Trump en Estados Unidos.
Su precio ha vuelto a remontar sin embargo desde el último mes del pasado año, al calor de las crecientes incertidumbres que pesan sobre los inversores, relativas al grado en que Trump aplicará las reformas prometidas pero sobre todo en relación a la apretada agenda electoral en Europa este año, con elecciones Alemania, ya a la vuelta del verano.
El Oro la materia prima por excelencia
“El oro es la materia prima más sensible a cambios en los tipos de interés y podría seguir subiendo”, explica los expertos, que estiman que su precio siga subiendo hasta los 1.300 dólares por onza. “La búsqueda de refugio en un entorno de mayor volatilidad pueden sostener el avance del oro”.
También pronostican un alza adicional del 4% desde los precios actuales, y entidades americanas van aún más allá al pronosticar una subida hasta los 1.400 dólares a finales de año, en términos nominales y sin descontar el efecto de la inflación. La expectativa de alza de precios es de hecho otro factor que contribuye al alza del oro en este año.
Además señala que los flujos de inversión hacia fondos cotizados en oro han alcanzado en la pasada semana máximos de 30 semanas, con 192,1 millones de dólares. “Los bajos tipos de interés reales podrían llevar el precio del oro a elevados valores de cotización, y se prevé un aumento aun posterior hasta los 1.300 dólares a finales de año por el endurecimiento de las políticas monetarias de los bancos centrales, que en teoría contribuyen al retroceso del precio del metal precioso.
La carrera del oro, que se prevé se prolongue en el corto plazo según las previsiones de los expertos, deja ya ganancias del 13% en fondos de inversión de oro y metales preciosos en el año.